Fecha: 1789

Dimensiones: 171,5 x 129,5 cm.

Procedencia: Encargado al pintor en 1789


 

Óleo sobre lienzo, obra de Francisco de Goya y Lucientes. Representación de más de medio cuerpo, hasta la rodilla. Viste casaca bordada, chupa y calzón rojos, corbata y puños de encaje. Ciñe espadín y ostenta el collar del Toisón de Oro, y las bandas de las ordenes de San Genaro y de Carlos III. Fondo de cortinaje verde, y al lado, sobre una mesa, el manto real, rojo, bordado en lises y leones de oro, y la corona real.

Carlos IV, hijo de Carlos IV y nacido en Portici (Nápoles) en 1742, subió al trono en 1789. Hombre débil, de carácter abúlico y bondadoso, dominado por su esposa, su reinado fue sumamente difícil al coincidir con la Revolución Francesa que produjo graves repercusiones en la política española, manejada en buena parte por su ministro Godoy. Obligado a abdicar en su hijo Fernando VII en 1808, se retiró a Roma, donde falleció en 1819.

El retrato, perfectamente documentado, fue, con el de la reina María Luisa, encargo de la Academia en Marzo de 1789, año de su subida al trono. Encomendada la gestión a Jovellanos, éste recurrió a Goya, y en septiembre de dicho año, los cuadros estaban ya en la Academia. En octubre se pagaron al pintor seis mil reales de vellón. La Academia conserva el recibo autógrafo del pintor.

Esta circunstancia otorga a estos lienzos una importancia singular en el conjunto de retratos de los soberanos pintados por Goya, o a él atribuidos, a raíz de su subida al trono. Consta que Goya, en su condición de primer pintor de Cámara realizó varias versiones de estos retratos oficiales a partir de la proclamación. En mayo, en carta a su amigo Martín Zapater, dice haber pintado ya uno refiriéndose, quizás, a los retratos de cuerpo entero hoy en el Prado, y el 23 de septiembre, en ocasión de las fiestas de la coronación y jura del heredero, se exhibieron públicamente tres parejas de retratos de los soberanos en las fachadas de las casas del conde de Campomares, del duque de Híjar, y en la Real Casa de Correos. También, para esa fecha, pintó otra pareja para la duquesa de Osuna.

Se conocen hoy la pareja de la Real Fábrica de Tabacos, por los que cobró Goya cuatro mil reales en mayo de 1789; la que procede de la casa de la Moneda y pasó por el Ministerio de Hacienda para ingresar en el Prado en 1911 y estar depositada unos años en Córdoba, por la que cobró cuatro mil reales, y el Carlos IV del Ayuntamiento de Santiago de Compostela, por el que cobró dos mil reales en marzo de 1790.

Como es fácil advertir, el precio más alto recibido corresponde a los de la Academia, lo que hace pensar que los restantes fueron, en gran parte, fruto de la colaboración de ayudantes como lo son, sin duda, las parejas del Museo de San Telmo de San Sebastián, procedentes de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Madrid, o los del Lázaro Galdiano, que presentan alguna variante en la actitud.

El lienzo, como su compañero, ha sido limpiado y consolidado en esta ocasión, recobrando mucho de su calidad primera. Se conservan habitualmente en la Sala de Juntas.

Bibliografía: Sánchez Cantón, FJ., 1946,pp.911 Y1951, pp.43 Y168;Exposiciones, 1961, n° XXXII; Gassier, P. y Wilson, J., 1974,p.98, n°281.


Texto procedente del Catálogo de la exposición Tesoros de la Real Academia de la Historia. 2001. Ficha escrita por Herbert González Zymla y Leticia de Frutos Sastre.