Presentación del ciclo de conferencias “IV Centenario del nacimiento de Felipe IV”

[Madrid 7/4/05] Hoy por la mañana se ha presentado en la Real Academia de la Historia el ciclo de conferencias que, en conmemoración del IV Centenario del nacimiento de Felipe, ha programado esta Institución. El ciclo, coordinado por el académico y catedrático de Historia Moderna José Alcalá-Zamora y Queipo de Llano, se celebrará del 8 al 25 de abril, y consta de 12 conferencias. En la presentación del mismo han estado presentes, además del coordinador, el director de la Real Academia de la Historia, Gonzalo Anes y Álvarez de Castrillón, y los académicos Eloy Benito Ruano, Carlos Seco Serrano y Luis Miguel Enciso Recio.

El objetivo del ciclo es, en opinión de José Alcalá-Zamora y Queipo de Llano, revisar la personalidad y obra de Felipe IV frente al trabajo de “algunos historiadores que rebajan su persona y reinado bajo el estúpido epígrafe de Austrias menores, un burdo e inadecuado eco de otras rúbricas dinásticas”. Así, los académicos presentes recordaron que “pese a los errores y fracasos de la política de su reinado, éste fue uno de los más decisivos y, tal vez, el momento mayor de nuestra historia cultural. Si no aplausos entusiastas, la figura de Felipe IV sí merece interés y respeto”.

En este sentido, el coordinador del ciclo, que se abrirá mañana viernes con una conferencia del académico Carlos Seco Serrano titulada El Rey Católico, aludió a la esmerada educación que recibió Felipe IV, “quien tradujo en su juventud, con el propósito de adiestrarse en las artes del gobierno, la Historia de Italia, de Guicciardini, uno de los textos clásicos de la historiografía”. José Alcalá-Zamora y Queipo de Llano también se refirió a sus indudables dotes como poeta, faceta del monarca apenas conocida, “pues no quería hacer alardes de sus trabajos y los ocultaba”. Además, Felipe IV fue también autor de alguna comedia y de algunas pinturas hoy perdidas, compositor de música que los entendidos elogiaron y excelente tirador de mosquete o arcabuz.

Los académicos presentes también insistieron en resaltar la curiosidad innata del monarca, que le llevó a adentrarse en muchas ciencias y saberes que más tarde constituyeron su magnífica biblioteca con muchos millares de títulos. Fue, asimismo, un gran coleccionista de pinturas, que luego formarían el núcleo del Museo del Prado. En opinión del coordinador del ciclo, Felipe IV fue un hijo de su tiempo, “amigo de Diego Velázquez y Pedro Calderón, máximas cumbres de la pintura y el teatro, las dos artes principales del siglo XVII”. Igualmente fue un generoso mecenas y bajo su reinado, “nunca, como en esos años, coincidieron tal número de genios de las artes y las letras, a muchos de los cuales ayudó. Conviene no olvidar que el Coliseo del nuevo palacio del Buen Retiro fue centro teatral de trascendencia europea”.

Las artes, las ciencias y las letras no fueron las únicas preocupaciones de Felipe IV, que por igual emitió “opiniones inteligentes sobre materias políticas y económicas en sus pareceres a las Consultas. Madrid y las Indias vieron florecer su urbanismo, que maduró con magníficos edificios religiosos y civiles”. Para José Alcalá-Zamora y Queipo de Llano, “nunca jamás la cultura española fue tan brillante y cosmopolita en el exterior como durante en el reinado de Felipe IV”, al que definió como “un rey contradictorio, al igual que la España que le tocó vivir. Aquella España tan piadosa como pecadora, tan triunfante como anunciadora de su próximo declive, tuvo su reflejo en un monarca atractivo e inteligente, pero débil de carácter”.

En opinión de los académicos, es incorrecta y ajena a la verdad la tesis de cierta historiografía que traza una división entre la trascendencia política de los dos primeros Austrias, Carlos I y Felipe II, y sus sucesores, más concretamente Felipe IV. El coordinador del ciclo definió la España de Felipe IV como “una nación grandiosa, presente en todos los rincones del mundo conocidos entonces. Una España que, bajo el reinado de este monarca, mantuvo, lo que con frecuencia se olvida, una lucha exterior titánica para defender su cultura frente a las agresiones de los países del norte de Europa. Los ejércitos y escuadras de este monarca obtuvieron más victorias que nunca antes o después las armas españolas, y alguna de ellas sería decisiva para el futuro del continente. Al final, perdió la guerra contra la Europa septentrional, pero pudo defender, con heroica resistencia y voluntad, lo más de sus dominios europeos, de España y de las Indias, salvando así la presencia de nuestro país en el mundo de hoy”.

Programa

  • 8 de abril

El Rey Católico

Carlos Seco Serrano

  • 11 de abril

Semblanza y aficiones del monarca

Fernando Bouza Álvarez

  • 12 de abril

Felipe IV y sus mujeres

José Alcalá-Zamora y Queipo de Llano

  • 13 de abril

La corte de dos mundos

Luis Miguel Enciso Recio

  • 14 de abril

El gobierno de la monarquía y la unión de reinos

Feliciano Barrios Pintado

  • 15 de abril

La caída de Olivares y los Banqueros del Rey

Carmen Sanz Ayan

  • 18 de abril

La política exterior del reinado

José Alcalá-Zamora y Queipo de Llano

  • 19 de abril

Los Embajadores de Felipe IV

Miguel Ángel Ochoa Brun

  • 20 de abril

Brasil y los reinos de Indias

Guillermo Céspedes del Castillo

  • 21 de abril

El teatro

Carmen Sanz Ayan

  • 22 de abril

La pintura. Velázquez, pintor del rey

Alfonso Pérez Sánchez

  • 25 de abril

El reinado de Felipe IV y la decadencia española

Gonzalo Anes y Álvarez de Castrillón