Desde hace más de un siglo, todas las celebraciones colombinas han tenido como figura central la del Descubridor, heraldo de una etapa nueva en la historia del mundo. Por el contrario, en este ciclo de conferencias se intentará explicar cómo y porqué, a partir de octubre de 1492, su inesperado y deslumbrante éxito inicial fue limitándose hasta quedar por debajo de todas las expectativas. El cambio se debió a la desmesurada ambición del personaje, empeñado en ejercer efectiva y simultáneamente sus recién ganados oficios de almirante y virrey, incompatibles por naturaleza.

Colón estaba razonablemente bien preparado para su cargo de almirante, por su profesión de buen y experimentado marino con ínfulas de cosmógrafo. Pudo burocratizar su cargo en la Corte; o fundar y dirigir un gran arsenal o una escuela de navegantes; o convertirse en coordinador de un plan sistemático de exploraciones, de estudios geográficos o cartográficos. Prefirió la vida de acción y con ello arruinó su salud en un penosísimo cuarto viaje que no bastó para rehacer su prestigio como navegante que ya navegaba poco. A buen seguro que orientando sus esfuerzos hacia otras metas hubiera sacado más partido a su experiencia anterior.

Para el cargo de virrey, su impreparación era total e irremediable. Carecía tanto de la educación política y militar que recibía por entonces cualquier miembro de la alta nobleza, como de la familia extensa de abolengo que lo amparase y asistiese. La factoría de Isabela fracasó de inmediato y el virrey dedicó lo más de su tiempo a crear una red de pequeños fuertes que facilitasen el dominio económico y militar de toda la isla. El poblamiento de la Española no comenzaría, en medio de grandes dificultades, hasta el posterior gobierno de Nicolás de Ovando, un noble con larga experiencia política y administrativa.

La labor de gobierno de Colón en nada se diferenció de la que era el ne- gocio de un navegante de su época: comerciar con la adquisición, transporte, venta o compra de las mercancías, propias o ajenas, que cargaba en su buque. Socio menor de una empresa que pronto entró en pérdidas, trabajó por hacerla rentable, sin importarle ni el origen ni e destino de las mercancías. Su mentalidad fue siempre la de un marino —profesión que imprime carácter como pocas— cuya idea de la autoridad fue la imposición de la férrea y entonces brutal disciplina de a bordo.

El protagonismo de Colón en la política internacional comienza con las graves indiscreciones que cometió ante el monarca portugués durante la arribada forzosa al puerto de Lisboa, al regreso del viaje descubridor; originaron un grave conflicto entre Castilla y Portugal.


PROGRAMA

  • Presentación del ciclo: – D. Guillermo Céspedes del Castillo. Lunes 23 de octubre de 2006, 19:30 h
  • Colón e Isabel la Católica – D. Luis Suárez Fernández. Lunes 23 de Octubre, 19:30 h
  • El tercer viaje de Colón y el descubrimiento de Suramérica – D. Carlos Seco Serrano. Miércoles 25 de octubre, 19:30 h
  • Las gentes de mar y la vida a bordo a fines del siglo XV – D. Hugo O´Donnell y Duque de Estrada. Viernes 27 de Octubre, 19:30 h
  • La diplomacia y el descubrimiento de América. – D. Miguel Ángel Ochoa Brun. Lunes 30 de octubre, 19:30 h
  • Navegando con Colón. – D. Manuel Fernández Álvarez. Martes 31 de octubre, 19:30 h

El ciclo de conferencias tendra lugar entre los dias 23 y 31 de octubre de 2006