Emblema

Plato con emplema de la Real Academia de la Historia

A poco de erigirse la Real Academia, adoptó empresa ovalada conteniendo un río que mana entre peñas, con la leyenda: IN PATRIAM POPULUMQUE FLUIT que fue presentada (17 de noviembre de 1738) por don Francisco Fernández de Navarrete, uno de los fundadores, quien la grabó y publicó por vez primera en una obra que dedicó a la Corporación.

Dibujo que en óvalo adoptó la Academia para su sello mayor, y así apareció en el primer tomito de sus Fastos (1739). Enseguida, se intentó variarlo, para representar el genio de la Historia sobre el suelo de España, escribiendo en un pergamino que estará sobre una piedra; en 1803 se insistió en lo mismo, con la divisa del NOX FUGIT…, y entre tanto boceto como se presentó, el 23 de marzo de 1832 fue aprobado para sello mayor el modelo que inspira el de la actual medalla, dibujado por Félix Sagau y que años más tarde grabó Blas Ametller en cobre (1837) para los diplomas, abandonando definitivamente la empresa del río naciente. Al fin, en 1847, fue aprobada la medalla que seguía el mismo modelo de las demás Academias. El emblema central propio de la Real Academia de la Historia, elegido en agosto de 1848, sigue vigente en al actualidad con la leyenda:

NOX – FUGIT HISTORIÆ – LVMEN – DVM – FVLGET – IBERIS

La medalla académica la impone el Director en el acto solemne y público de la recepción de cada nuevo Numerario. La medalla es obligatoria en las sesiones públicas y en todos los actos a los que se concurra en corporación o representación de la Academia.