Breve Historia del Gabinete

Para cuidar las antigüedades, la Real Academia de la Historia estableció el 16 de septiembre de 1763 el cargo de “Anticuario”, encargado de custodiar estas colecciones, en especial la de monedas, y de informar sobre temas de la Antigüedad. Desde entonces, han sido Anticuarios de la Academia las más importantes personalidades de la Arqueología española.

El Gabinete de Antigüedades inicia su andadura durante la Ilustración, a mediados del siglo XVIII y en 1792 se creó la Comisión de Antigüedades, etapa que finaliza bruscamente con la Invasión Francesa de 1808. El reinado de Fernando VII, en el primer tercio de siglo XIX, fue de continuidad, con algunas publicaciones y ambiciosos planes de futuro, como el proyecto de crear un Museo Real Antigüedades con cátedras asociadas para el estudio de las Antigüedades, idea que daría lugar al Museo Arqueológico Nacional.

La Desamortización de Mendizábal y el régimen liberal supuso una revitalización del Gabinete hasta finales de siglo al ser el órgano existente para enfrentarse a las duras circunstancias que la Desamortización supuso para el Patrimonio Cultural Español. Pero la actividad del Gabinete dependía de sus Anticuarios, que no eran funcionarios sino que actuaban de forma voluntaria. Este hecho explica que la mayor parte de las colecciones sean fruto de donaciones y legados personales de los académicos, para compensar la falta de medios económicos.

A partir de la Restauración, la Real Academia de la Historia, a través de la Escuela de Diplomática, impulsó la creación de funcionarios de carrera y de instituciones y leyes para proteger los restos arqueológicos y del Patrimonio Cultural Español. A consecuencia de ello, el Gabinete vio sus funciones reducidas al cuidado de sus colecciones y a impulsar estudios y actividades, proceso continuado a lo largo del siglo XX hasta la vigorosa renovación de los últimos años.